"Los hombres no somos nada, los principios lo son todo"
Benito Juárez
La izquierda política en México vive momentos de sobresaltos, su partido más representativo (PRD) vive en este preciso momento la "despejizacion" de su vida política, por lo que será interesante valorar si pesan más los pros o los contras de este acontecimiento.
Al convertirse MORENA en partido político, sumarán ya cuatro opciones partidistas de izquierda en el país, lo cual sin duda mermará la representatividad y el poder político de esta corriente ideológica.
La izquierda política mexicana he tenido problemas desde su quintaesencia, ya que el origen de sus políticos más representativos proviene del desazón, la disidencia y la frustración, lo cual se ha traducido en una actitud poco proclive al consenso, al acuerdo o por lo menos a la disciplina.
También ha sido la corriente política nacional que ha dependido más de sus personajes que de sus estructuras, producto de la carencia de un andamiaje institucional sólido, quedando siempre a expensas del carisma y el magnetismo de sus hombres y/o mujeres. Salvó el caso particular del DF donde donde sí existe un control institucionalizado de estructuras que se fusionan entre partido y gobierno.
La creación del PRD con el liderazgo de Cuauhtémoc Cárdenas, fue un paso acertado hacia la institucionalización política de la izquierda mexicana y hasta la segunda candidatura de López Obrador parecía que la izquierda tendía a unirse y a entender que el paso más lógico era fusionarse en una sola institución.
Incluso en su origen, MORENA parecía darle al PRD un brazo importantísimo del que adolecía, que era tener representatividad en cada una de las secciones electorales del país, es decir, MORENA era el avance institucional más significativo que el PRD desde su fundación había tenido en el nivel nacional.
A nivel de partido, AMLO parecía determinado a transformar sus atributos personales en fortaleza institucional, haciendo de la elección del 2012 la mejor representada y tal vez también la más organizada de la que ha gozado la izquierda. Sin embargo aún y este avance significativo -que los mantuvo en el segundo lugar- la derrota fue contundente, pero pese a no conseguir el triunfo en el poder ejecutivo, la izquierda se veía entrar al nuevo sexenio como un contra-peso importante en el legislativo.
Sin embargo la decisión de López Obrador de extraer a MORENA del PRD, demostró que nuevamente pudo más la ambición de poder de un hombre que la posibilidad de fortalecer la vida institucional de la izquierda, ya que MORENA en el PRD era una corriente importante, -quizá la mas- pero una corriente al fin y al cabo, que tenía que consensuar con otras, que dependía más del acuerdo de las partes que de la decisión de una persona.
Por qué al fin y al cabo ese es el meollo del asunto, Andrés Manuel más allá de querer formar otro partido, lo que quiere es tener y controlar un capital político que lo mantenga vigente, que le permita ostentar una parte del poder y quizá, que le permita por tercera ocasión buscar la candidatura a la presidencia de la república alejado de los compromisos y frenos que las demás corrientes del PRD le pudieran imponer al haber permanecido allí.
La valcanización de a izquierda se prevé inminente, después de haberse mantenido como segunda fuerza en la carrera presidencial y como la fracción opositora más representativa en el legislativo, ahora solo se conforma en grupúsculos que solo pudieran diferenciarse entre radicales y moderados.
El PRD, hasta hoy el partido más significativo de la izquierda, puede hacer de este hecho su mayor fracaso o su mayor fortaleza, como partido se presenta la oportunidad de alejarse del radicalismo estéril y de consolidar una vida partidaria e institucional que les permita depender menos de los "apóstoles" y basar en mayor medida su influencia en su presencia y andamiaje partidista, y finalmente hacer de Andrés Manuel López Obrador el último caudillo de la izquierda.
Comentarios.
www.jorgeivan.mx
Twitter. @jorgeivand
No hay comentarios:
Publicar un comentario