lunes, 21 de febrero de 2011

Ideología


Ideología es una palabra que normalmente escuchamos entre políticos, filósofos, religiosos, maestros, amigos etc., y que usamos recurrentemente para hacer mención a la forma que tenemos de ver la vida o alguno de sus componentes.

La ideología, según la Real Academia Española es el conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona o una colectividad, un pensamiento general sobre la situación social, política, económica, cultural, religiosa y moral de un determinado sistema.

La historia ha constatado el surgimiento, apogeo y caída de varias de ellas, las hay desde conservadoras, revolucionarias, reaccionarias y reformistas y su funcionamiento a palabras de Marx, ha sido el de actuar como lubricante para mantener fluidas las relaciones sociales, proporcionando el mínimo consenso social para el predominio de las clases dominantes y del poder político.

En política, las ideologías son sistemas de creencias que buscan encauzar el actuar del gobierno sobre determinados conceptos, valores, tradiciones y principios. Para lograr este objetivo en las democracias modernas los simpatizantes de estas ideologías se agrupan en partidos o agrupaciones políticas para obtener el poder público o para presionar a quienes lo detentan.

Pero, ¿qué pasa en nuestro sistema político mexicano?, ¿siguen siendo los partidos políticos generadores de identidades ideológicas?, la respuesta es más que obvia, los partidos políticos han perdido identidad y capacidad para generarla, su participación se ha limitado a generar especialistas en campañas electorales, que a formar hombre y mujeres de estado, su lucha ha pasado del campo de las ideas al de los intereses y sus objetivos más que en las próximas generaciones se han centrado en las próximas elecciones.

Los partidos políticos en el México de principios del siglo XX, fueron fundamentales para esquivar el sinuoso camino de los países hermanos de Latinoamérica que transitaron entre la anarquía y la dictadura, partidos como el PNR, el PRM, el PAN, el PRI etc., (con sus bemoles) posibilitaron la transición pacifica del mando y fueron dándole forma a la institucionalización democrática.

Sin embargo al día de hoy, los partidos políticos parecen ser el impedimento más fuerte para que el país y la democracia sigan avanzando. Sus luchas intestinas que más que en ideas se centran en intereses y en reforzamiento de percepciones con miras a los posteriores procesos electorales.

Es decir, los partidos políticos aunque necesarios, están convirtiéndose en obstáculos para el desarrollo nacional, y esto tiene que ver con la falta de formación ideológica de sus cuadros que al ser individuos motivados solo por sus aspiraciones personales carecen de visión de largo plazo e ideas claras para solucionar los problemas más atenuantes del país.

La mezcla de actores de diversos partidos políticos que hoy presenciamos, evidencian la grave crisis institucional por la que está pasando el sistema de partidos en nuestro país, partidos y actores políticos sin identidad, sin congruencia, solo con intereses que son tan poderosos como para hacerlos traicionar sus propios valores y sus propios principios, claro, si es que algún día los tuvieron.

Sin ideología, la política se convierte en un fenómeno monótono, falto de espíritu, mística e ideales y repercute en la formación de sociedades injustas, corruptas y desiguales como la nuestra.

Twitter. @jorgeivand

lunes, 7 de febrero de 2011

Los "Triunfos" del PAN


“No se le puede llamar victoria a aquella que se consigue con medios ajenos” Nicolás Maquiavelo.

El pasado domingo se efectuaron las elecciones para renovar al poder ejecutivo, legislativo y los gobiernos municipales en Baja California Sur. Un día después el candidato de los partidos; Acción Nacional (PAN) y Renovación Sudcaliforniana (PRS), Marcos Covarrubias, se perfilaba como el vencedor de la contienda.

Sin embargo lo que llama la atención es que Marcos militaba con anterioridad en el PRD, fue presidente municipal y diputado federal por las siglas del sol azteca y era del grupo del ex priista Leonel cota Montaño ex líder nacional del PRD, y del actual Gobernador de B.C.S. Narciso Agundez Montaño, el ultimo sucesor de Leonel en la gubernatura y primo hermano de Leonel.

Sin embargo los dos primos se rasgaron las vestiduras en la sucesión del 2011, Leonel quería imponer a su hermana -presidenta municipal de la capital- y Agundez tenía su delfín, el cual resulto el candidato del PRD y con ese hecho Leonel se deslindó del PRD y postuló su candidatura a presidente municipal de los cabos por el Partido Nueva Alianza.

Sin embargo uno de los contendientes a la candidatura del PRD al ver frustrado su proyecto decide jugársela en las filas del PAN y resultó el ganador de la contienda… después de esta brevísima explicación ¿cree usted que gano en PAN? ó ¿perdió el PRD?...

Pues este pequeño ejemplo de nuestros paisanos de Baja California Sur es un reflejo burdo de lo que pasa en el país entero a nivel político e ideológico. Este hecho, el de Guerrero, el de Puebla, el de Oaxaca, entre otros, nos enseña que en este país; LOS PARTIDOS POLITICOS HAN MUERTO!.

Ese es el ejemplo más claro de que la ideología y la concepción de un proyecto de país, solo se encuentra en los documentos básicos de los partidos políticos, solo ahí, porque sus militantes, sus cuadros y sus dirigentes no saben nada de eso, no es que lo conozcan y lo traicionen, ni siquiera podemos hablar de traición cuando no se conocen los principios y valores de la institución, más bien hablamos de ignorancia.

Y cuando hay en política ignorancia, rápidamente esta desaparece y la representación y administración de lo público se convierte en un cúmulo de intereses que nada tienen que ver con los principios y los fines políticos.

Que decepción lo que hoy presenciamos de nuestra “clase política” mexicana. Las alianzas no son malas pero hay que diferenciar una alianza de un acto de prostitución política, si los políticos no son congruentes ni siquiera con lo que piensan, ¿cómo los ciudadanos podemos ser tan ingenuos en pensar que lo serán con nosotros?

Este es un problema ambivalente, tiene que ver con los políticos y fundamentalmente con los ciudadanos. Solo la sociedad organizada puede hacer que la democracia pase de ser un sistema electoral a un sistema social de resultados.

Twitter. @jorgeivand

martes, 1 de febrero de 2011

Aristotelismo


Aristotelismo

Si bien, Aristóteles afirmaba, que la trascendencia de las ciencias (o actividades humanas) radicaba en función de la escala gobernante entre unas y otras, la política, que se sirve de todas las ciencias y legisla sobre ellas, es pues la ciencia suprema por excelencia, ya que su fin es la suma de todos los fines, de todas las ciencias, que confluyen en el bien humano.

La política, en su parte esencial es por tanto el más excelso de todos los bienes en el orden de la acción humana, y como satisfacción personal de quien bien la ejerce, el logro del honor a través de la virtud. Y estando en el plano personal, es cierto e irrefutable que el fin de cuanto hacemos o dejamos de hacer, gira en torno a alcanzar la felicidad.

Y hablando de virtud, ésta en la política, se mide por lograr hacer de los conciudadanos hombres de bien y obedientes a las leyes (hombres virtuosos), ya que éstas últimas, siendo el marco donde el transitar de la vida se ejecuta cotidianamente, son vías para adquirir la virtud, que sólo puede conseguirse en la practica, porque únicamente así, los actos que ellas determinan, podrán convertirse en hábitos y éstos en un estilo de vida colectiva.

Porque recordemos como el mismo Aristóteles lo decía “que una golondrina no hace primavera, ni un amanecer al sol”, así que la virtud no es cuestión de acciones espontáneas de caridad o justicia, (como pretenden justificarse los grandes derrochadores del capital) sino el ejercicio cotidiano de los valores virtuosos y justos.

Los legisladores pues, con sus acciones, hacen contraer hábitos a los ciudadanos, para hacerlos virtuosos, en eso consiste su trabajo, pero el verdadero hombre de Estado, el verdadero político, el buen legislador, deberá ser por excelencia el más virtuoso de entre los suyos, para que dicha regla pueda tener efecto.

En una sociedad, donde el conjunto de leyes vigentes ha sido sobrepasado por un sistema que no basa sus fines en el bien humano, sino en la economía (que es humano pero no colectivo) es lógico que un orden de carácter político no funcione, por dos aspectos fundamentales;

1.- Porque el mercado, siendo un sistema de naturaleza despótica y autoritaria, ha rebasado el poder del Estado, donde democráticamente es representado el poder del pueblo, y

2.- Porque a diferencia de lo que enmarca Aristóteles como un político, nosotros sólo tenemos empleados del mercado (que los llevó al poder) porque de virtud suprema y de políticos no poseen la mínima parte.

En estos momentos donde a nivel mundial el Estado busca reposicionarse como fuerza gobernante de la sociedad, el mercado, representado por algunas familias, se rehúsa a acceder a lo que la propia naturaleza de la democracia demanda.

Aunque ningún límite de riqueza ha sido instituido para los hombres, en una sociedad tan dispar, parece necesario. Porque pareciera que el goce de estos burgueses se cifra en el exceso, y al no tener un límite para éste, y menos por una vía legal, se lo procura por otros medios, sirviéndose de su poder de forma antinatural y despótica.

“El señorío político se ejerce sobre hombres libres por naturaleza, y el despótico sobre los naturalmente esclavos". Aristóteles.