lunes, 24 de septiembre de 2012

Reforma Laboral




El tema de este mes en el escenario nacional, sin duda se lo ha llevado la iniciativa de reforma laboral realizada por el saliente presidente de la república y presentada con carácter de “preferente”.

A leguas se entiende que la reforma tiene objetivos mas profundos que los legislativos, esta última bocanada política del presidente Calderón pretende construir el primer dilema del gobierno que aún no arriba al poder y trata sin duda de hacer un último jaque (aunque no mate) al presidente electo Peña Nieto.

Seria ocioso desmenuzar los mas de mil artículos contenidos en dicha propuesta, basta con decir que guarda en sus entrañas claroscuros que pueden ayudar a la reactivación y generación de nuevos empleos, sin embargo mucho de lo propuesto se pretende realizar a costa de los derechos de los trabajadores, como el de huelga o la autonomía sindical.

Entre algunas de las cuestiones positivas se puede vislumbrar la obligación de que los contratos se celebren por escrito, la licencia de paternidad por diez días, que los periodos de prueba y capacitación sean improrrogables y que no puedan aplicarse dentro de la misma empresa al mismo trabajador simultanea o sucesivamente, ni en mas de una ocasión, se pretende regular el outsourcing para evitar el incumplimiento patronal, al obligar a que los contratos sean por escrito.

Lo que si hay que destacar que mas allá de las nuevas formas de contratación, no existen en la propuesta del presidente mayores beneficios para los trabajadores, no plantea mejoría en prestaciones o recuperación del salario mínimo.

Volviendo al tema sindical, un punto rescatable es la transparencia y democratización de los mismos, ya que como sabemos difícilmente un obrero puede ser líder nacional de su gremio, pero lo realmente raro es que estos puntos no incidirían en los sindicatos de trabajadores del estado mexicano como en SNTE (el más grande del país y de Latinoamérica) o el de PEMEX, dejando un hueco considerable en la materia.

Lo importante es sin duda que las reformas salgan lo mejor posible y en acuerdo mayoritario de las partes implicadas, es un hecho que el sistema laboral debe evolucionar, pero no vendiéndose de los derechos de los trabajadores, ni satisfaciendo completamente a la exigencia neoliberal, que en otros rubros nos han demostrado no solucionan el problemas y aún mas agravan la desigualdad y la pobreza.

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