lunes, 16 de enero de 2012

2012... ¿Será?



Me preguntó un amigo que si en realidad pensaba que las cosas iban a cambiar para México en este 2012. La pregunta dejó una reflexión simple pero profunda, ¿en realidad la renovación del poder político en México traería cambios profundos al país?

Salvo que los mayas tuvieran razón en sus predicciones (lo cual no me parece del todo descabellado) no concibo que dicha renovación, traiga por si misma cambios trascendentes en el andamiaje histórico de México.

Desde hace mucho tiempo, los mexicanos hemos puesto nuestras esperanzas en que algún día llegue un buen ciudadano al poder, con dotes casi sobrehumanas y acabe con la pobreza, la desigualdad y la injusticia que tienen a este país en el subdesarrollo. Lo paradójico es que si esa fuera la solución, la crianza, los valores y el carácter de ese súper-mexicano se lo dejamos al vecino y así sucesivamente.

Contrario a nuestra naturaleza caudillista, la intención y el trabajo de un solo hombre no ha sido la solución a los problemas que nos aquejan como pueblo, nunca lo fue y seguramente nunca lo será. Lo anterior se deduce de la lógica del sistema democrático donde el ciudadano es el eje central del quehacer político.

Eso, la ciudadanía es lo que hace la diferencia entre una democracia electoral a una democracia social, o como algunos otros la llaman, una democracia republicana. La diferencia entre una y otra es simple, la primera solo sirve para elegir gobernantes, la segunda es un sistema de vida que comparte valores, principios y responsabilidades, ah! y también elige gobernantes.

En el mundo somos ya más de 7 mil millones de seres humanos, en México poco mas de 110, los gobiernos del mundo y la política en lo general, sufren una gran crisis de eficacia y por ende credibilidad, los gobiernos ya no pueden por si solos dar solución a todos los problemas públicos y los mejores ejemplos de gobernanza y eficacia comparten un factor común; ciudadanos activos y participativos.

Cada vez los gobiernos serán más ineficientes y la participación y asociaciones voluntarias más necesarias para dar solución al inmenso número de problemáticas que surgen y se acentúan día a día en nuestro entorno.

El reto es es fortalecer el tejido social y construir una verdadera democracia, llegando hasta el punto en que el gobierno solo que encargue de coordinar y fortalecer las propias iniciativas y acciones ciudadanas.

Y en eso tenemos que avanzar, un europeo participa en un promedio de 18 organizaciones civiles a la vez, un estadounidense participa en 10 y un mexicano en menos de una (una estadística muy parecida a la de la lectura) lo que deja entrever el poco entendimiento que tenemos de lo que significa vivir o mejor dicho convivir en sociedad.

Si el 2012 pudiera traer un cambio significativo y trascendente para México, en lo personal considero que solo podría darse en este contexto, en el de la ciudadanía, en el entendimiento pleno de que nadie hará por los ciudadanos, lo que los ciudadanos no hagamos por nosotros mismos.

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Twitter. @jorgeivand

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